martes, 28 de agosto de 2012

Propuestas y reflexiones para comprender la producción de (o en) medios de comunicación. Aportes de Taller 3, Cátedra Ma. Rosa Gómez

Compartimos un documento que nos hicieron llegar los docentes de Taller 3 cátedra Ma. Rosa Gómez:

Las y los docentes que integramos el Taller de Expresión III - cátedra María Rosa Gómez hemos sintetizado colectivamente algunas reflexiones que creemos que pueden orientar y enriquecer los intercambios acerca de la producción de (o en) medios de comunicación, así como de lo que en el último tiempo se ha dado en llamar producción de contenidos, en el marco de los debates por la reforma del plan de Estudios de la Carrera.  


Comprendemos la producción desde una perspectiva que propone relacionar las tareas de producción y de reflexión. Ese proceso es una construcción que nace de una intencionalidad -sea individual o colectiva- y que se concreta en un producto comunicacional destinado a ser compartido con otros a través de su mediatización. En ese proceso, productores y productoras interpretan contextos, definen objetivos, prefiguran audiencias o interlocutores a través de estrategias enunciativas, se adecuan a las características de diversos tipos de discursos socialmente reglados, ponen en juego sus propias expresividades, organizan el trabajo humano y los recursos materiales y evalúan críticamente lo producido. Producir es, entonces, comprender y realizar este proceso en toda su complejidad.

Pero, al mismo tiempo, la producción no es una práctica aislada sino que se realiza en el marco del actual sistema de medios de comunicación. Este sistema de medios se caracteriza por:

Constituir uno de los principales –si no el más- espacios públicos de las sociedades contemporáneas donde se producen, circulan y se reproducen sentidos. Los medios de comunicación son, en consecuencia escenario central de las disputas simbólicas -que son, también, disputas políticas e ideológicas- en la actualidad. En este sentido, el sistema de medios se relaciona íntimamente con otras esferas de lo social, principalmente con los ámbitos económico y político.

Tener fuerte incidencia sobre la conformación y la transformación de las percepciones acerca de la realidad y de las identidades de los sujetos.

Expresar disputas y tensiones entre diversos, y desiguales, actores sociales.

Ser consecuencia, y a la vez objeto, de políticas públicas explicitadas o por omisión. Desde la recuperación democrática hasta finales de los años 2000, estas políticas de comunicación han tenido como consecuencia la constitución de un sistema de medios altamente concentrado, caracterizado por el predominio de empresas oligopólicas que concentran diversos medios de comunicación junto a otras empresas de la misma gama y, aún, otras no necesariamente comunicacionales, con participación de capital transnacional. La sanción y la paulatina implementación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, así como otras políticas públicas complementarias, abren un nuevo escenario de cara a la democratización de las comunicaciones en nuestro país.

Organizar la producción de acuerdo a prácticas y rutinas más o menos estandarizadas, constituidas históricamente por la determinación de procesos económicos y socioculturales.

Vehiculizar géneros discursivos que suponen conjuntos de regularidades, las que pueden dialogar o entrar en tensión con matrices culturales presentes en los distintos sectores de la sociedad en tanto público de los medios. Se trata de modos de hacer y de recepcionar socialmente compartidos, aún considerando a la cultura como terreno de disputa simbólica, e incluso en una época en la que conviven modos de producir más o menos canonizados y estabilizados junto a préstamos e innovaciones intergenéricas que dan lugar a hibridaciones.

Configurar prácticas de recepción más o menos estandarizadas. Las producciones de los medios se dirigen a unas audiencias determinadas. En una sociedad culturalmente compleja hay códigos, temáticas y estilos que caracterizan el pacto entre los medios y sus públicos. Esto hace más problemática la discusión entre lo correcto y lo incorrecto, o lo mediatizable y lo no mediatizable, agregándole a los aspectos formales propios del reconocimiento en la instancia de recepción del género que se trate, los lugares socioculturales desde los cuales los sujetos se vinculan con los productos de los medios, expresados en distintos gustos y demandas de los propios destinatarios.  

Estar constituido por unos lenguajes, soportes y géneros que se encuentran en proceso de transformación a partir de la emergencia y el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación.

Todo lo anterior supone diferenciarse de una mirada acerca de la producción que predomina en las escuelas terciarias sobre periodismo o medios de comunicación que podría caracterizarse como “profesionalista”, y que supone un énfasis en el aprendizaje de las rutinas, técnicas, lógicas y oficios de producción predominantes en los medios de comunicación masiva. Generalmente, estas prácticas se presentan de manera descontextualizada, sin problematizar cómo inciden en ellas los factores arriba enumerados y, por lo tanto, sin destacar sus posibilidades de transformación a través de la intervención de comunicadoras y comunicadores.  

Frente a esta perspectiva, proponemos realizar prácticas de producción desde el análisis y la reflexión de la complejidad del sistema de medios donde se insertan, actualizando nociones y saberes aprendidos en otras zonas de la Carrera. El resultado lógico es que, si bien se siguen tomando en cuenta los saberes técnicos propios de los medios y de la producción, éstos se ponen en juego en el marco de otros conceptos. A saber: las condiciones de producción de los productos comunicacionales; los imaginarios con los que se relacionan interdiscursivamente; el rol de las empresas mediáticas -que nunca es el de la transparencia o la independencia frente al hecho técnico o profesional-; las transformaciones de las prácticas periodísticas; y las modificaciones que se fueron operando en el conjunto de los medios a nivel de los soportes y de los procesos de convergencia. Para comprender y aprender las lógicas de producción. Pero también, para motivar la capacidad de los estudiantes de generar innovaciones y transformaciones en relación a este sistema. Para gestar nuevos proyectos de comunicación desde los contextos actuales. Para desarrollar en ellos actitudes éticas y la responsabilidad ante la tarea de comunicar. Para invitar a los estudiantes a pensarse como sujetos con capacidad de intervención comunicacional en un mapa de medios concreto.

Angel Berlanga, Carolina Turazzini, Cecilia Farre, Cecilia Flachsland, Claudio Vivori, Damián Valls, Débora Campos, Ernesto Lamas, Esteban Lanutti, Fernando Piana, Gastón Montells, Guillermo Wulff, Hugo Lewin, Larisa Kejval, Luis Sanjurjo, María Rosa Gómez, Mariana Moyano, Sebastián Scigliano, Violeta Burkart Noe, Viviana Mariño

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